Decálogo de la redacción
(fuente: tomado de Daniel Cassany, La cocina de la escritura, Barcelona: Anagrama, 1995)
- No tengas prisa. No empieces a escribir de inmediato. Date tiempo para reflexionar sobre el texto, el propósito y el lector.
- Utiliza el papel como soporte. Escribe notas y esquemas.
- Escribe borradores, todos los que sea necesario. Escribir es rescribir.
- Piensa en tu audiencia, escribe para que pueda entenderte. Que tu texto sea un puente entre autor y lector.
- Deja la gramática para el final. Primero importa el significado global del texto. No empieces la casa por el tejado.
- Planifica tu trabajo. Hay que dedicarse selectivamente a cada uno de los procesos que componen la escritura: buscar información, planificar, redactar, revisar.
- Fíjate en los párrafos: que se destaque la unidad de sentido y de forma, que sean ordenados, que empiecen con una frase principal.
- Repasa la prosa frase por frase. Cuida que sea comprensible y legible. Busca economía y claridad.
- Ayuda al lector a leer. Leer es también conducir; son importantes los márgenes, subtítulos y enlaces del texto.
- Deja reposar tu escrito. Es recomendable que pasen unos días entre la redacción y la revisión. Si es posible, siempre conviene que lo lea otra persona.